Ya está todo listo.
Tengo la esperanza puesta y la ilusión bien amarrada. Solo me falta tu nombre en la libreta y el mío en tu cabeza.
Mis ganas de encontrarte batallan con la cobardía de huir, pero de momento me supera el querer verte.
Mi sonrisa enseguida encaja con la tuya como un perfecto puzzle. Mis ojos llevan extra de purpurina para que brillen cada vez que me llamas enana.
Después de mil risas y caricias me voy con el corazón preparado para lo que viene mañana.