Ella es Londres. Él es París.
Ella es fría, pura tormenta. Él está lleno de luz e ilusión.
Ella es casi tan densa como la niebla que cubre su mirada. Él, en cambio, es una obra desatada, un lienzo en manos de un artista bohemio.
Ella llueve por dentro, mientras él en su interior solo guarda historias de amor.
Ella, sombría y oscura. Él, lleno de matiz.
Ella es Londres. Él es París.
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